En nota la Federación Nacional de Periodistas de Brasil (FENAJ) ha salido públicamente a repudiar enérgicamente los continuos ataques del gobierno de extrema derecha de Javier Milei contra la comunicación pública en Argentina, en un nuevo acto de violencia contra el trabajo de las y los periodistas del país.
Foto: Karla Moreno Parra
En una política de guerra contra la clase trabajadora, Milei ha promulgado una serie de medidas destinadas a destruir los derechos laborales y la organización sindical, además de promover una política económica de “austericidio” que está llevando a la población argentina a padecer niveles de hambre y pobreza extrema sin precedentes.
En el más reciente ataque al pueblo argentino, el gobierno ultraderechista anunció el cierre de la Agencia Nacional de Noticias y Publicidad Télam, fundada hace casi 80 años y principal medio de comunicación público de Argentina, responsable de proveer a cientos de medios locales de servicios periodísticos en texto, audio, video y fotografías.
Como clara muestra de la intransigencia y violencia del gobierno de Milei, la sede de Télam fue cerrada y rodeada de rejas y policías el lunes (4 de marzo) para impedir que los empleados accedieran a su lugar de trabajo. La empresa argentina de medios de comunicación públicos emplea actualmente a más de 700 trabajadores.
Lamentablemente, lo que está ocurriendo en Argentina no es nada nuevo para las y los periodistas brasileños. El golpe contra la presidenta Dilma Rousseff en 2016 y la elección de Jair Bolsonaro en 2018 marcaron un período de ataques y desmantelamiento de la comunicación pública en Brasil, con sucesivos intentos de desguace y privatización de la Empresa Brasil de Comunicación (EBC). Gracias a la resistencia de la categoría, con la huelga más larga de la historia de la EBC en 2021, los intentos de destruir la empresa no tuvieron éxito.
Con la derrota electoral de Jair Bolsonaro y el inicio del gobierno Lula, los trabajadores de la EBC pudieron vislumbrar una reanudación del fortalecimiento de la comunicación pública en Brasil, pero aún carece de una política efectiva de valorización de los profesionales y de inversiones capaces de superar los años de desmantelamiento.
Milei y Bolsonaro llevan los genes del oscurantismo, del autoritarismo y del desprecio por sus pueblos. Por eso nos solidarizamos con los compañeros argentinos que resisten valientemente los ataques y arbitrariedades de la extrema derecha.
Nos ponemos a entera disposición de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) y del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), que vienen luchando diariamente contra la destrucción de Télam y organizaron el lunes una gran manifestación frente a la empresa.
Las luchas de nuestra categoría se extienden por toda América Latina y el resto del mundo. Resistir y derrotar a la extrema derecha es una necesidad vital para que los periodistas puedan ejercer su trabajo con dignidad y derechos. ¡Resistiremos y venceremos!
Brasilia, 4 de marzo de 2024